cuentosdeamalgama: 29 de octubre de 2006

lunes, octubre 30, 2006

LA VENTANA


LA VENTANA

Mi mente es hoy como esas películas desenganchadas y las imágenes pasan en forma rápida y desincronizadamente, una tras otra, reviviendo cada instante, cada momento, cada vivencia con una luz irreal e ininterrumpidamente.
Siempre estuve allí, tras las cortinas, mirando e imaginando como seria allá afuera, deseando percibir el aroma de las flores y sentir como la brisa castiga o deleita nuestra piel; mama siempre me contaba y mi imaginación hacia el resto.
Mis mañanas comenzaban viéndote jugar con otros niños y sonreír y correr con esa frescura que te hacia insuperable. Estabas siempre en movimiento y tus actos denotaban presencia y autoridad, eras sin duda una líder entre tus amigos y yo anhelaba en silencio pertenecer al grupo compartiendo todas tus picaras ideas.
El tiempo mostraba como tu cuerpo y tu mente progresaban, como los años agraciaban tu figura y fortalecían tu intelecto. Ya tus juegos se fueron espaciando y los encuentros amistosos se hicieron mas selectivos (mientras yo observaba como dios te agraciaba, esperando que alguna vez tu mirada se posara en mi ventana) algo se mantenía inalterable, esa sonrisa limpia y amplia era una imagen perenne que te identificaba del resto y lograba hacerte sobresalir como una hermosa flor entre las hojas.
Ya no eras una muchachita hermosa, ya tu imagen torneada mostraba a una joven sin macula, perfecta, decididamente una diosa griega a la que los pares de tu edad idolatraban y veneraban. Tu atracción era tan grande que todo giraba en tu derredor, eras como un sol al cual innumerables planetas orbitaban y cuyo calor los envolvía y sobrecogía con efectos permanentes.
Yo posaba mis dedos sobre el vidrio y contorneaba tu figura; era como sentir el contacto de tu piel que me parecía de seda. Yo era feliz porque eras feliz, yo reía porque tú también reías, yo vivía porque tú aprovechabas cada segundo de tu dichosa vida.
Te veo mujer, espléndidamente femenina, con una manera de proceder tan delicada y sensual que dentro mío siento la sangre alborotarse, tus relaciones ya están definidas y tus amistades no son ocasionales, sino fruto de una añosa selección. Observo con pesar tu afinidad con un hombre de impecable porte, el cual día tras día va forjando ser parte inseparable de la escena de tu vida, poco a poco, logrando en ti nuevas sensaciones que percibo como si irradiaras ondas positivas y yo fuera el receptor indebido, que acapara y atesora todo lo bello de tu ser. Pero no soy el poseedor de tus abrazos,

De tus besos, de tus goces; ni siquiera he tenido suerte con una mirada tuya a mi ventana.
Te veo pasar del brazo de tu pareja con esa sonrisa fija en el rostro, mirando como esos bellos niños que tienes juguetean y te complacen, a ti y a el por igual, dando la sensación de la familia perfecta, la de los libros y las películas, la de las religiones y los eruditos. Eres bella, siempre bella, como si los años te fortalecieran, como si el tiempo dejara en cada huella un toque de distinción. Yo disfruto al verte, como si la felicidad de tus hijos fuera resultado de mi aporte, como si en algo yo hubiera servido al desarrollo y bienestar de tu intimidad. Me miento a mi mismo y me veo como un modelo a imitar, mientras tú desde allí, del exterior, consumes la vida sin percibir que existo.
Dicen que las frutas son mas dulces y sabrosas cuando están en la plenitud de su madurez; algo así ocurre en tu persona, siempre vigente y a la que el transcurso del tiempo forjo como una obra maestra; madura y serena, bella, siempre bella.
Y mis ojos que ya no observan como antes no pierden detalle de todo lo perfecto que lograste, de cómo sigues sonriendo al levantar tus nietos que hoy llegaron a disfrutar de tu compañía inmejorable, de cómo tus vecinos te saludan con afecto al reconocer tu presencia, de cómo agradeces a todo el mundo por brindarte cada peldaño en la escalera de tu existir y no puedes descubrir mi existencia, allí, al otro lado de la calle, tras el vidrio; siempre allí, como enmarcado en mi ventana.
Hoy mis ojos están verdaderamente cansados, me pesan y mi voluntad se desvanece; la vejez no fue para mi un premio, sino un castigo, porque me quita el único contacto que tengo contigo, el único medio que me brinda el poder verte e idolatrarte en silencio. Te veo salir con ese brillante cabello blanco, con andar despacioso pero firme, con tu porte femenino y grácil que las arrugas no lograron alterar. Yo te miro, mis dedos tiemblan cuando recorren el vidrio y me cuesta dibujar tu figura, pero al verte hay como un resplandor en tu mirada que se dirige.......... ¡a mi ¡ ! No puedo creerlo ¡estas sonriendo con ese dulce y adorable rictus que te acompaño siempre.
¡Pero no ¡ ! No puede ser ¡que le pasa a mi ventana que todo se oscurece, todo se vuelve borroso, es como si un postigo la cubriera, se apaga mi mundo, no es posible. ¡Hoy no ¡¡¡¡¡.


[EN UN MUNDO UTÓPICO, LA IMAGINACIÓN ES UNA MENTIRA]
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